1 de noviembre de 2015

Ya nada queda.


"Sólo una cosa no hay. Es el olvido."



Camine por las calles vacías y frìas, bajo la lluvia helada.
Tenia la mirada perdida y cruzaba las avenidas sin mirar.

Siempre ame la lluvia y hoy me perforaba los huesos.
Sentía el dolor, que provocaba al tocar mi piel.

Tan confuso, tan dulce, tan doloroso.

Mis lagrimas se mezclaban con las gruesas gotas que caían sobre mi.
Hoy no queria recordar, no queria asumir, no queria vivir.

Tantos años disimulando que no había dolor, tantos años manteniendo algo que en realidad no sucedía.

Enfrentarse a la realidad a veces duele, es como darse de lleno contra la pared.
Nunca asumí, jamas olvidé, ni superé nada.

Siempre fue una mentira que cubría todo aquel dolor que sentía.
Hoy ya no hay nada de esa mentira, ya no hay secretos, ni falsedad.
Hoy solo hay dolor al descubierto, a flor de piel.

Tengo una batalla que librar con los demonios de mi pasado, ya no puedo retrasarlo.

Tengo que dejarte ir, solo tengo que dejar que te vayas.
Ya no estas, no volveras, tengo que dejarte, decirte adios, despedirme.

No quiero.

He olvidado todo, tu voz, tus caricias, tus sonrias y a veces me cuesta un poco recordar tu rostro.
Quiero recordarte, verte, abrazarte.

No puedo, no puedo dejarte ir así de simple.

Solo ven y dime te quiero, seca mis lagrimas, dime que todo estará bien, te necesito tanto.

Solo un minuto, solo un segundo más.
Solo por hoy quiero a mi papá.
 
Agus.